Gerardo Machado y Morales, fiel defensor de los intereses yanquis y de la oligarquía criolla, se convirtió en el candidato preferido de los imperialistas norteamericanos. En las elecciones de 1924 resultó electo y ocupó la presidencia de la república en mayo de 1925, lo que da inicio a una de las dictaduras más crueles de la historia de Cuba.
Situación económica de los primeros años, repercusión en el territorio.
La política económica de Gerardo Machado contemplaba como una de las cuestiones fundamentales “El Plan de obras públicas”, expuesto en la ley del 15 de julio de 1925 y se puso en práctica desde los primeros tiempos de su gobierno. Este contenía una relación numerosa de construcciones, especialmente caminos. Entre estas las principales fueron la carretera central.
Estas obras serian ejecutadas con el espaldarazo del capital norteamericano, cuyo monto llegó a 145 millones de pesos, lo que acrecentó la dependencia económica.
Por el territorio cespedeño pasaría la Carretera Central; se reestructurarían o pavimentarían las carreteras de Piedrecitas a la Carretera Central y de Céspedes a la Carretera Central. También se pavimentarían calles en los poblados de Céspedes y Piedrecitas.
Es en este mismo año debido a la recuperación azucarera, en Cuba se produjeron más de 5 millones de toneladas, cifra que sobrepasó todos los récords. El central Estrella produjo 48 988.5 toneladas, Céspedes 53 273.3 y Camagüey 162 841 sacos de 355 libras.
A partir de 1926, comienzan a declinar los precios del azúcar en el mercado mundial. La solución del gobierno cubano a esta situación fue la aplicación de medidas restrictivas y de ellas el decreto 242 o ley Verdejas del 3 de mayo, que limitaba en un 10 % la zafra de 1926-1927, por debajo de su capacidad real, así como el período de duración de las mismas.
En dicha zafra, el central Estrella molió 46 842 toneladas y Céspedes 48 958.9, y el tiempo de duración de la misma fue de 164 días en Céspedes y 171 en Estrella, lo que extendía el tiempo muerto.
Además, se aplicó el decreto mediante el cual se fijó en 4 000 000 de toneladas 5 de 2 240 libras la zafra de Cuba de 1927 – 1928, distribuidos entre los ingenios de la república. Al central Estrella le correspondió una cifra que representaba el 57% de su capacidad real al producir 41 880.5 toneladas. El central Camagüey produjo sacos de trece arrobas.
El azúcar producido en el territorio se trasladaba a través del ferrocarril y era embarcada por Puerto Tarafa, Pastelillo, en Nuevitas.
En 1928 la producción azucarera del territorio resultó más baja que los tres años anteriores y la duración de la zafra ya no alcanzó los 100 días (Anexo 2 y 3). Cuba redujo la producción azucarera que afecta a todo el país, entre tanto otros países la aumentaban considerablemente. El fracaso de esta política obligó a Cuba a cesar en la misma y a fines de este año se anunció que no habría control, ni venta organizada, ni restricción para la próxima zafra.
En 1928 el central Estrella contaba con 3 051 caballerías, en fecha posterior se extendió a 4 300, que lo ubicaron entre los de mayor extensión de la provincia; y el Céspedes, por su parte, alcanzó 1 575, de las que el 50 % de las tierras propias y el 30% de las arrendadas estaban sembradas de caña.
La principal industria existente en el territorio era la azucarera. En la agricultura, además del cultivo de la caña, se aserraba madera para traviesas, que abastecían las necesidades de las vías férreas de los centrales. La ganadería se desarrollaba en menor escala.
Hasta 1927 en el territorio se observaba un florecimiento comercial. Existía un tostadero de café, una fábrica de tabacos, tiendas de artículos para caballeros, barberías, bodegas, cafeterías, hoteles, carnicerías, establecimientos mixtos, fábricas de calzados, entre otros.
La crisis económica de 1929 a 1933 fue un fenómeno que se inicia en los Estados Unidos y afectó a todo el mundo capitalista. Tuvo repercusión extraordinaria en la economía cubana como país dependiente.
La zafra de 1929, libre de restricciones, alcanzó la cifra de 5 320 000 toneladas, superior a todas las anteriores; en este año en central Estrella logró su mayor producción: 326 400 sacos de 325 libras, y el Camagüey realizó su última molienda, pues la compañía consideró que toda la caña se podía moler en Estrella, hacia donde envió máquinas y algunos de sus trabajadores; el resto quedó desempleado.
A partir de 1930 bajo la presión de Gerardo Machado el congreso aprobó el Plan Chadbourne, por el cual Cuba se comprometía a limitar su zafra a 2 800 000 toneladas. Hasta 1932, se extendió el período de descenso máximo de la producción, del empleo y los ingresos. Los precios de azúcar eran sumamente bajos.
En los centrales Céspedes y Estrella disminuyó la cantidad de arrobas de caña molida, y la duración de la zafra. La empresa del grupo Hayden y su aliado Rionda quebraron en el quinquenio 1929 – 1934; el Central Céspedes que pertenecía a este grupo, quiebra en agosto de 1932.
La zafra de 1933, fue la más difícil del período de crisis; a nivel nacional sólo alcanzó la cifra de 2 054 930 toneladas. El central Céspedes realizó la producción más baja de su historia hasta el momento. El Estrella, aumentó su producción en 4 206,4 toneladas y molió 25 días más que en el año anterior.
Por demás, el colonato había ido evolucionando al ritmo de los cambios en la industria azucarera. En el central Céspedes, en 1929, las tierras dedicadas a caña, en poder de los colonos eran de 580 caballerías, mientras que las tierras propias eran sólo de 220 caballerías. Este año el rendimiento por caballería fue de 60 mil arrobas. A partir de 1931, la “Agrícola Caonao”, subsidiaria de la Céspedes Sugar Co., tuvo un rendimiento aproximado de 50 mil arrobas por caballerías.
La crisis económica también repercutió en la planta de hielo del poblado de Piedrecitas, que en ruinas, debido a la competencia, no pudo seguir produciendo y en 1932 fue desmantelada y sus equipos vendidos.
Situación social y organización del movimiento obrero y campesino.
Las circunstancias para los obreros agrícolas e industriales eran muy difíciles: para conseguir trabajo tenían que caminar de colonia en colonia; las jornadas de trabajo eran de 12 o más horas de sol a sol, según los ajustes del mayoral, y no alcanzaba ni para los artículos de primera necesidad; el hambre, la desolación y la miseria reinaban en los campos.
En las industrias la depauperación era similar, el trabajo se conseguía según escalafón de suplentes, las jornadas y los salarios no diferían de las de los obreros agrícolas.
Ante este panorama, los obreros y los campesinos ni siquiera tenían derecho a protestar. A los tres meses da haber ascendido Gerardo Machado al poder, se inicia una lista interminable de asesinatos, expulsión de luchadores extranjeros, y todo tipo de represión.
Los obreros agrícolas e industriales de los centrales Camagüey, Estrella y Céspedes fueron reprimidos fuertemente con el fin de evitar las huelgas en este sector, que desde 1924 venían estallando.
El campesinado también sufrió la crueldad del régimen; ante la menor resistencia, el plan de machete, los desalojos o la muerte eran la respuesta. El ya mencionado asesinato de Ana Josefa Quesada __a mano de los matarifes apodados “El panameño” y “El Trinitario”, pero tramado por Antonio Martí, un vil colono, sicario de la empresa propiedad del central Estrella, a quien tras quedar impune, se le pidió disculpas __ es un ejemplo de la represión a los campesinos.
En 1929 los trabajadores de los centrales de lanzaron a una huelga en repudio al asesinato de Mella, que tuvo lugar en México el 10 de enero de ese año, por los matones a sueldo de Gerardo Machado.
El cierre del central Camagüey en 1930 dejó sin empleo a unos 200 obreros, en este mismo año se construyó el tramo de la carretera central desde el Crucero de Piedrecitas hasta el Crucero de Céspedes. Esta obra dio posibilidades de empleo a los obreros agrícolas y a un centenar de trabajadores de ambos centrales, perjudicados por la etapa de “tiempo muerto”. Esos obreros tenían derecho a ser atendidos por el Dr. Rodríguez (médico local). Para realizar los trabajos de la carretera se organizaban cuadrillas.
Esto no resolvía el problema de desocupación, pues no creaba fuentes de trabajo estable, sólo permitió una leve disminución del desempleo de forma temporal.
Para colmo de males, el ciclón de 1932, dañó varias provincias del país y devastó la provincia Camagüey. En el barrio de Magarabomba quedaron destruidas cerca de 120 casas, cuyos derrumbes causaron muertes y lesiones. Familias sin techo se encontraban en pleno campo. La casa escuela también se derrumbó. El vendaval en el pueblo de Céspedes arrancó el techo de zinc al central y arrasó gran parte de las casas, que eran de guano y tablas de palmas, en su mayoría.
En Piedrecitas perecieron 4 personas a causas de los derrumbes, de ellas, tres de nacionalidad haitiana y un isleño.
Además, 50 casas quedaron en ruinas y varios edificios en escombros: la Iglesia católica, el Taller de Aserrío, el Central Camagüey y la casa Comercial de los señores Suárez y Santana; en los bateyes del central Camagüey no quedaron en pie, ni siquiera las grúas de cañas, y los cañaverales fueron desarraigados.
Muchas familias de Céspedes y Piedrecitas se trasladaron por los caminos a Florida a pedir socorro, o sea, un hogar, comida, ropa y medicinas. Allí el alcalde creó una comisión de auxilio que, si bien trabajó con ahínco, poco pudo resolver por la escasez de recursos. A la situación dejada por el meteoro se sumó el anuncio de la posibilidad de que no molieran los centrales. Esto significaba la quiebra total, pero no llegó a suceder.
A partir de 1931 se habían formado las primeras células del Partido Comunista en la provincia bajo la orientación de Blas Roca. A pesar de la represión desatada por el gobierno contra los comunistas las células continuaban propagándose. En 1932, entre septiembre y octubre, se reúne el primer grupo de trabajadores jóvenes en la finca Fundora, para tratar sobre la organización de la lucha revolucionaria contra la dictadura y crear el Partido Comunista en el poblado de Céspedes.
A esta reunión acudieron Miguel Barreras, Ángel Rodríguez Brizuela (Chino Fello), Juan Santana, Alfredo García Cruz, Oscar Ortiz (comandante Ortiz) y José R. Iglesias (Pitico). La dirigió Juan Santana. Luego se van incorporando otros compañeros Manuel García Betancourt, (El Barbero) Antonio Martín Felipe José Hipólito Abreu Sosa, (Mendita) José Abreu Estenoz, (Sospecha) Ernesto Perpiñán Costera Raúl Ortiz López, (Mario) Sergio Galeras, (Veneno)
En noviembre, en la misma finca, se toma el acuerdo de realizar algunas actividades que repercutirán en todo el territorio, para demostrar que ya existía un movimiento revolucionario en Céspedes. La fecha escogida fue el 10 de enero del próximo año, en conmemoración al IV aniversario del asesinato de Mella. Se responsabiliza con la confección de las banderas a Sergio Galeras, por ser dependiente de un establecimiento de tejidos. El dinero provino de colectas. A partir de este momento, la barbería de Manuel García, devino punto de control e información, disimulado con el juego de damas.
Como un visitante más llegó un día Emiliano, seudónimo de José Chalala, traído por Antonio Rivera con orientaciones precisas de organizar en Céspedes las células del Partido Comunista. Para ello contactó con Manuel García y parte del grupo que se estaba reuniendo. En ese mismo mes de noviembre se constituye la primera célula en el poblado, en un cañaveral detrás del actual cementerio, encabezada por su secretario general Ernesto Perpiñan Costera, bajo la supervisión de la dirección nacional, que no era otro que el propio Emiliano. Allí se concibió el plan para lo del 10 de enero.
El día 9 de enero de 1933, según la previsto, fueron colocadas las banderas rojas con la hoz y el martillo en lugares como en los condensadores de los centrales Céspedes y Estrella, en el crucero del ferrocarril del central Estrella y la terminal de ferrocarril de Céspedes, y se pintaron letreros en las paredes y en la cerca. La represalia antiobrera no se hizo esperar; al día siguiente, la Guardia Rural, junto a los patrones decían entre asustados y coléricos: “Hay un brete de comunistas”, amenazando con despedir a los trabajadores, si no delataban a los autores de tales hechos, pero ninguno dijo una palabra. A partir de entonces se comienza a llamar a Céspedes “Moscú Chiquito”.
La Organización Defensa Obrera Internacional, constituida en Céspedes en 1933, un año después que en Camagüey, bajo al orientación comunista, protegía a los obreros y a todos los revolucionarios presos o perseguidos, a tal punto, que hubo policías que facilitaron ayuda a los presos así como contactos entre estos y el partido.
En aquel mismo año tanto en Camagüey como en el territorio, quedó instituida la Liga Juvenil Comunista, para organizar e instar la juventud, en particular la obrera, a la lucha contra Gerardo Machado. En nuestra localidad los primeros afiliados fueron: Alfredo García, Gilberto García, Tirso Calaña, Juan Santana, Víctor Rodríguez Morell, Jesús Expósito Lozano, Orestes Socarrás, Delio Rodríguez García, Luis Rodríguez García, entre otros.
Después el partido, a través de sus militantes y simpatizantes, dio orientaciones a las sociedades “El Liceo”, “El Alba”, “La Colonia” y al movimiento obrero, fundamentalmente en los centrales y sus colonias.
En julio de 1933 se celebra en Camagüey la II Conferencia Nacional Azucarera, donde se constituye el Sindicato Nacional de la Industria Azucarera. Dos delegados cespedeños, de filiación comunista, representaron a los centrales Céspedes y Estrella: Ángel Rodríguez y Alfredo García, respectivamente. En este mismo mes se efectúa en “El Liceo” de Céspedes un acto que da inicio a la lucha por la rebaja de las tarifas eléctricas.
A pesar de que la represión era cada vez más aguda, en los dos meses que siguieron al derrocamiento de Gerardo Machado, el partido continuó incrementando el número de células y militantes. Así, el 25 de octubre de 1933, en el poblado de Piedrecitas se reunieron varios trabajadores en el teatro Luna Park, presidido José Álvarez Fuentes en representación del partido de Camagüey para crear su primera célula, que integraron: Juan Ángel Díaz Pereira, José Luis Balcárcel, José R. Fernández Tió, Norberto Rodríguez Leyva (Cosío), Miguel Rodríguez Leyva, José A. Vázquez, Gregorio Martínez (Morón), Salvador Pompella Perera León, Cándido Tejido, Ramiro Rodríguez Vera, Nicolás Peón Manzano.
Las células hacen crecer la membresía del Partido del movimiento sindical.
Los hechos ocurridos dejaron grandes experiencias y evidenciaron que sus aspiraciones no solo son económicas, sino también políticas.
Iniciada la crisis económica en este período, repercute en los centrales Céspedes y Estrella, cuya producción continuó descendiendo para el Céspedes. El año 1935 fue el de mayor descenso; 6 746 toneladas en una zafra que duró sólo 37 días, por falta de abastecimiento de caña. En el Estrella, la producción fue baja, pero estable, la duración no fue ni siquiera de 100 días, excepto en 1937.
Para comenzar las restricciones, se rebajan los salarios, se dilata la jornada laboral, y se acortan las zafras a tres meses, todo lo cual motivó una mayor pobreza para las masas. A partir de agosto y septiembre del 1933, los obreros azucareros de 18 centrales, incluidos los de Céspedes y Estrella incrementaron sus demandas y mantuvieron sus vindicaciones hasta noviembre, cuando inician las reparaciones. Estas luchas, al contar con el respaldo de Antonio Guiteras Holmes, propiciaron el aumento de los salarios y la jornada de 8 horas, en 3 turnos, lo que a su vez generó empleo para nuevos operarios en los centrales.
El movimiento obrero de la provincia alcanzó un extraordinario auge y se organizaron nuevos sindicatos, en el central Céspedes, surgió uno dirigido por Fermín Mauricio Merino, y en el Estrella, otro dirigido por Víctor Díaz _ ninguno de filiación comunista _, que agrupaban a obreros agrícolas e industriales.
Los obreros tomaron los centrales azucareros y clamaron por el incremento salarial, mejores condiciones de vida, una jornada de ocho horas y la legitimación de los sindicatos por los patronos.
Por lo prolongada que fue esta huelga, se constituyó un comité de auxilio que suministraba alimentos, que conseguían con los campesinos, a los trabajadores huelguistas y sus familiares. Para esto se creó una comisión integrada por obreros de ambos centrales que incluía a Oscar Ortiz López, Rubén García Cruz, Aladino Morales y Alfredo García Cruz. Además, se organizó un piquete con estacas contra cualquier rompehuelga. Dirigentes provinciales y municipales del Partido Comunista acudieron al poblado para apoyar y orientar a través de las células ya constituidas. El comité distrital del Partido Comunista situó en Céspedes un orientador conocido con el seudónimo de Agramante.
Durante los primeros meses del año 1934 el espíritu combativo de los obreros, conllevó a la huelga de los ferrocarriles, iniciada el 26 de enero el en el ferrocarril norte de Cuba, por acuerdo de la sociedad La Unión de Morón. A pesar de la represión, el movimiento se extendió a diferentes localidades. En el poblado de Céspedes, durante una demostración de más de 500 obreros, que sacó de la cárcel a un grupo de huelguistas ferroviarios, resultó herido el jefe de la policía local.
En diciembre de este año hay una gran efervescencia en el movimiento huelguístico, participan no sólo obreros de casi todas las ramas de la economía nacional, sino también los maestros, médicos, alumnos, etc. Este llega a su punto culminante con la huelga de marzo de 1935, que comenzó con el paro decretado por los maestros de las escuelas públicas, que exigían mejoras. El gobierno recrudece la represión, pero los maestros se mantienen firmes, como es el caso de la señora Herminia Juárez que se destacó en esta huelga en el Central Estrella. El gobierno envió un cuerpo de artillería al central, pero ya la maestra y sus hijos se habían refugiado en la finca de Álvarez Sánchez, cerca del central Senado, hoy Noel Fernández.
El 7 de marzo la C.N.O.C. convoca a la huelga general. Durante estos primeros días la ciudad de Camagüey quedó casi paralizada. Dentro del sector azucarero, el caso más relevante en la provincia fue el de los obreros de los centrales Estrella y Céspedes. Para este último la huelga no fue masiva, aunque en el pequeño poblado quedó paralizada la actividad comercial; se hizo frente además a los artilleros enviados por Batista, que se apostaron por el central Estrella y sus alrededores, para intimidar a los obreros y acabar la huelga, lo que no lograron, pues los manifestantes hicieron explotar una bomba en un local que les servía de guarida y la “comisión de estaca” desempeñó su rol con los rompehuelgas.
Dicha manifestación fracasó arrojando saldos negativos en el territorio y el resto del país, se pierden valiosos dirigentes que fueron detenidos, torturados y asesinados. Esto significó un duro golpe para el movimiento obrero y revolucionario.
Después de este momento, reina un ambiente de externo terror, lo que motivó el languidecimiento del proceso revolucionario hasta detenerse. La reacción tampoco triunfa, se mantuvo en equilibrio. A partir de 1935 Batista continuó combinando la mano dura con las medidas seudo progresistas.
Ese era el panorama en que vivía Cuba al producirse en julio de 1936 la agresión fascista de Francisco Franco contra la República Española. Las organizaciones revolucionarias y los partidos antiimperialistas, fundamentalmente el comunista, luchan por la unidad frente a la reacción interna y la opresión imperialista, por conquistar derechos democráticos, y por reorganizar el movimiento obrero para apoyar a la republica española en su lucha contra el franquismo.
El Partido Comunista de Céspedes y Piedrecitas convoca a todo el pueblo a manifestarse en comités de ayuda formados por españoles y cubanos, entre otros, por Benito Marcos, Adrián Díaz Cano, Cándido Tejido y Ramón Bustelo. Los comités efectúan asambleas, conferencias, mítines, actividades económicas destinadas a la compra de materiales para enviar a España. Entre los milicianos que integraron las brigadas internacionalistas se encontraba Manuel Digat, de familia cespedeña, caído en campaña.
En febrero se celebran las elecciones en los sindicatos de los centrales de esta localidad, las mismas fueron ganadas por los grupos más revolucionarios. En la candidatura, además de trabajadores unitarios, llevaban como dirigentes principales a militantes comunistas, así el Secretario General del central Céspedes resultó ser Ernesto Perpiñán y en el Estrella, Felipe Rodríguez.
A fines de este año, el gobierno da un viraje en su política al permitir determinadas concesiones a la clase obrera. Entre estas la amnistía para los presos políticos, convocatorias a una Asamblea Constituyente, legalización de los partidos políticos, incluyendo el Partido Comunista, creación de la C.T.C., etc. Dichas medidas no se deben a la buena voluntad de Batista, sino al amplio movimiento popular que duró cerca de tres años. Las amplias masas del pueblo veían a Grau como “salvador de Cuba”, esto no convenía al gobierno de turno. Además de estos factores internos, se produjeron acontecimientos internacionales como fueron la lucha del pueblo español contra el fascismo, las contradicciones ínter imperialista, entre otras.
En 1938, eligen para secretario general de los sindicatos antes mencionados a Oscar Ortiz, por Céspedes y Alfredo García, por Estrella, ambos militantes comunistas.
La dirección del sindicato del central Estrella y sus colonias acuerda organizar el Frente Unido del Movimiento Obrero de la Vertientes Camagüey de Cuba, para presentar un pliego de demandas dirigidas a los centrales Vertientes, Estrella y la zona agrícola del central Agramonte.
Del 23 al 28 de enero de 1939, en el local del antiguo teatro Nacional (hoy García Lorca) se celebró el Congreso de Constitución de la Confederación de Trabajadores de Cuba (C.T.C). En este evento participaron los dirigentes sindicales Saturnino Aneiro y Gualberto Galbán Cervantes, militantes del PCC y otros luchadores unitarios cespedeños.
Tras la fundación de la C.T.C. tuvo lugar el Congreso Nacional de Trabajadores Azucareros. El 21 de octubre en la ciudad de Camagüey, se congregaron 113 delegados de 78 sindicatos de centrales y colonias de toda la provincia, 15 de estos sindicatos correspondían al territorio sede, y de ellos 2 eran de la localidad. Fueron sus delegados Saturnino Aneiro, Gualberto Galbán Cervantes, Alfredo Rodríguez y Narciso López Estrada. En este congreso se fundó la Federación Nacional Azucarera (FNA).
El 13 de agosto de 1939 se tomó el acuerdo de fusionar, en un solo partido con el nombre de Unión Revolucionaria Comunista (PURC), al PUR y al PCC, para participar con un solo proyecto de constitución y una sola candidatura en las elecciones de delegados a la Asamblea Constituyente. En Camagüey, esa unión se hizo definitiva en diciembre, en el territorio se constituyó el Comité Seccional en el poblado de Piedrecitas. Durante este año, dentro del Partido en Céspedes, se presenta una corriente contraria a las orientaciones de la Dirección Nacional referente a apoyar a Fulgencio Batista en las próximas elecciones, que serían las primeras en la Constitución del 40. En Asamblea con los militantes, Celestino Fernández, por el comité provincial, trató de convencer sobre la justeza de esta línea, lo cual no logró.
Entonces el Comité Nacional del Partido envió a Flavio Grobar, quién explica la política orientada. La reunión finaliza al día siguiente en la mañana.
Sólo un compañero quedó fuera del Partido por negarse a aceptar las líneas establecidas.
Características de la población
Florida, uno de los 9 municipios de la provincia en la década del 30 y al que pertenecía el territorio de Céspedes, contaba con 28 283 habitantes, (San Jerónimo con 14 258) y (Magarabomba con 14 025). La población había aumentado como resultado de la llegada de inmigrantes extranjeros en los primeros años de la década del 20 y de trabajadores de otras provincias, que en su mayoría se ubicaban junto a los centrales productores de azúcar.
Los habitantes de Céspedes y Piedrecitas pertenecían a los barrios de Magarabomba y San Jerónimo.
La cultura, el deporte, la salud y la educación.
Durante la etapa de 1925 a 1940, era notorio el desdén de los gobiernos de turno hacia la cultura, el deporte, la salud y la educación, lo que fue denunciado por Fidel Castro en Fulgencio Batista "La Historia me Absolverá”. Las instituciones culturales, el deporte, la salud y la educación en Cuba era derecho casi exclusivo de la clase más adinerada en la sociedad.
Aún así, se crearon instituciones culturales en el territorio y sociedades fraternales, como la Orden de la Perseverancia, el 23 de agosto de 1926, la Logia Tomás Estrada Palma número 24 de la orden Caballero de la Luz, el 11 de septiembre de 1927.
La creación de los teatros en Céspedes y Piedrecitas no tuvo iguales connotaciones. Este último fue privilegiado por contar con exponentes de la música culta y popular. En ambos poblados el teatro estaba constituido de madera y tejas; en el de Céspedes, fundado por Álvaro Guerra y llamado Teatro Apolo, actuaron compañías nacionales que recorrían el país. El de Piedrecitas era llamado Luna Park. Las instituciones religiosas celebraban el San Juan y San Pedro, así como el sábado de gloria y el domingo de resurrección en un gran ranchón, donde había una baranda que dividía a los hombres según el color de la piel.
El punto guajiro, género musical traído de la zona central de la Isla (S. Spíritus), se asentó en lo más intrincado de las colonias y algún otro guateque traído al territorio.
El periódico El cuarto poder se empezó a editar en Piedrecitas el 23 de febrero de 1928, dirigido por Francisco Torres y administrado por Gumersindo Bárcenas.
Los periódicos liberales Cuba y España (1929) y La Opinión (1936), fundados por un periodista de Céspedes, aunque se imprimía en Florida, se administraban desde este pueblo. El auge del periodismo en Florida llevó a los periodistas a emigrar, quedando el territorio rezagado en este aspecto. En Céspedes circulaba el Diario de la Marina por el auspicio de la sociedad Colonia Española y El Liceo, en cuya biblioteca los socios podían leer sus publicaciones.
La educación la etapa se caracterizó por la escasez de centros de enseñanza, de mobiliario y medios necesarios para garantizar el aprendizaje y el poco rigor científico. A niños y jóvenes del sector rural les era casi imposible incorporarse a los estudios. El promedio del presupuesto de educación de 1925 a 1933 decreció gradualmente debido a la crisis económica. El salario de los maestros era bajo y durante los años finales del gobierno de Gerardo Machado ganaban 38 pesos al mes y tenían un gran atraso de sus haberes.
En el territorio, existía discriminación de sexo, pues se enseñaban a varones y hembras separados en algunas escuelas. En otras, particulares, hubo maestros sin título que cobraban 50 centavos mensuales por enseñar a leer y escribir nada más, ejemplo de ello tenemos a los Collado y los Escalona. En los años 1930 y 1931 se fundó el primer Kindergarten.
A pocos días de la caída de Gerardo Machado, el 26 de agosto a la 8:00 am, se celebró en Florida una reunión en la Junta de Educación, con el fin de constituir un frente único de maestros y empleados de la enseñanza y unirse al Comité Provincial con el objetivo de clamar por el progreso y bienestar de todos. Del territorio participaron los maestros de instrucción pública Nicolás Labrada, nombrado presidente de la mesa provincial y de la directiva de la asociación, las vocales Clara Luz Sifonte y Benita Casas Beltrán, y la secretaria Ilia Riera Hernández. Además participaron los conserjes Matilde Mayorga y Celia Zamora.
Algunos maestros sí trasmitían a los niños y jóvenes la realidades del pasado histórico; entre otros se destacan la señora Herminia Juárez , que participó en la Huelga de 1935, y Ernesto Miranda, que contribuyó a elevar el nivel cultural de algunas personas de la zona de San Fernando dando clases a adultos voluntariamente.
En este mismo año se creó la escuela particular del profesor Calá donde se impartían clases de mecanografía, taquigrafía e inglés. En el territorio existían maestros hogaristas que enseñaban labores útiles del hogar, de oficio, y como trabajar con los recursos de la naturaleza.
Como parte de su técnica demagógica, Fulgencio Batista fomentó en las zonas campesinas las Escuelas Cívicas Rurales donde se daban instrucción militar y se realizaban actividades agrícolas en el huerto de las escuelas. Las creadas en esta zona fueron en Flautilla, Natalia, Maria Luisa, Magarabomba, etc.
El deporte como ya anotamos, tenía muy poco desarrollo, sólo conocemos que se realizaron topes de béisbol en central Estrella con el equipo “Los cañeros” de Florida, en el año 1926.
Los servicios de salud pública eran muy escasos. En el poblado de Céspedes y sus alrededores, los médicos eran Dr. Campos, en el Central Estrella; Dr. Zamora en el Central Céspedes, Dr. González, en Piedrecitas Los doctores Sánchez y Rodríguez en el poblado de Céspedes. Este último visitaba a todos los enfermos en el campo, trasladándose a caballo.
En los años 1939 – 1940 ejerce como partera del pueblo y sus inmediaciones, Prudencia Agüero, asistente del Dr. Zamora, médico gineco-obstetra. Aunque otras fungían como comadronas, sólo las mujeres que ella atendía tenían derecho al cobro de la maternidad obrera, que era de 95 pesos. Existían como instituciones de salud las dos clínicas de los centrales con pocos equipos médicos.
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