Manuel Zamora Lugo fue un destacado combatiente de la clandestinidad contra la dictadura de Fulgencio Batista en el municipio Céspedes.
Sufrió persecución y varias veces fue arrestado y torturado. En uno de los arrestos en el cuartel de la localidad fue sujetado por ambas piernas con cadenas y con una chancletas de madera fue golpeado en ambos pies hasta quedar imposibilitado de caminar. La casa de su madre en Yaguaramas funcionaba como un cuartel de la clandestinidad allí se escondían las cadenas que se utilizaban para los sabotajes a tendidos eléctricos, latas de fosforo vivo para provocar incendios y las grampas que se regaban en la carretera central y otras para ponchar los carros. El luego comandante del Ejército Rebelde lo nombro segundo jefe del movimiento 26 de julio en el municipio Céspedes. Cuando la toma del cuartel del municipio Manuel Zamora y varios combatientes de la clandestinidad participaron junto con miembros del Ejército Rebelde.
Después del triunfo de la revolución se mantuvo firme en sus principios revolucionarios y entre sus aportes a la causa se puede citar que en el año 1985 presento un proyecto para la construcción de una fábrica de traviesas de hormigón el cual fue presentado por su persona a Fidel Castro quien lo aprobó y en pocos días envío los recursos necesarios para llevar adelante este proyecto. Más adelante fue convocado por Fidel para ir hasta el central Martínez Prieto a dirigir una fábrica similar en dicho lugar pero por problemas familiares no pudo cumplir con esta tarea.
Manuel Zamora Lugo murió en su casa ubicada en Estrella, municipio Céspedes pueblo al que dedico toda su vida y empeño.
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