Central Carlos Manuel de Céspedes (antes Céspedes). Un grupo de veteranos de la Guerra del 95 le planteó a Antonio Pérez Mier, natural de España y dueño de la maderera (aserrío) existente en el poblado de Céspedes, ayudarlo en la construcción del central con la condición de que este llevara el nombre del Padre de la Patria, aunque no se le llegó a dar el nombre completo.
Con Pérez Mier asociado a seis accionistas interesados en el proyecto, de los cuales cuatro eran españoles y dos cubanos, comenzó la construcción del central en el año 1913. Para esto es comprada la finca “Fundora”, próxima al naciente poblado de Céspedes, con una extensión de 45 caballerías, de las cuales se utilizaron 3,76 para la construcción del central y el batey.
Se fundó en el año 1916 y Antonio Pérez Mier mantuvo la propiedad principal asociado con otros, pero en 1920 se vio obligado a solicitar créditos a «Cuba Trading», propiedad de la familia Rionda, quienes, finalmente, en 1923, entrarían como socios. Constituyeron entonces la «Compañía Azucarera Céspedes SA» que operaría el central hasta su nacionalización. El antiguo propietario Pérez Mier ocupó la presidencia de la nueva compañía.
Era el 37mo central del país por su capacidad de molienda que ascendía a 380 000 @ de caña diarias. Tenía un rendimiento industrial alto, 960 caballerías de tierras propias y en zafra daba empleo a 3 100 trabajadores.
Sus acciones y bonos cotizaban en la Bolsa de La Habana. Durante la década de 1950 las ganancias del central habían ido disminuyendo y si en 1950 habían obtenido utilidades por $326 000 pesos, en 1955 sólo tuvo ganancias por $23 000.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 el central fue nacionalizado por el nuevo gobierno de la Isla que lo renombró como central Carlos Manuel de Céspedes.
En la actualidad es administrado por el grupo estatal AZCUBA y es uno de los ingenios que aún se mantiene moliendo en la provincia de Camagüey.
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